Cuando pensabas que lo tenías todo, y
descubriste que no tenías nada. Cuando sentías que te quería, y viste que
sus palabras cada vez se asemejaban más a las que tu decías que eran irreales. O cuando realmente lo viste, que si no
luchaba por ti era porque no quería hacerlo. Al darte cuenta de que todas esas tardes que creías recuperables ya no lo son, y que más que formar parte de tus recuerdos
van a formar parte de tu historia irreal. Esa historia que te fuiste creando
día a día y que te dieron pie para inventar. Esa historia que, como todas las que conoces,
terminó mal.
-Puede que aunque sonría, mi corazón llore en silencio-