La vida es corta, muy corta; a veces
parece que solo pasan dos minutos, cuando en realidad son dos años. En este
tiempo puede que todo te vaya perfecto, que creas que eres la persona
más feliz de la tierra, que nada ni nadie te puede hacer daño… Te
sientes protegida, como en una burbuja aislada del mundo, sola con él.
Pero un día toda esta felicidad termina, entonces se te cae el mundo encima,
tienes el ánimo por los suelos. Pero, ¿sabes qué? Esto lo solucionas con unos tacones de quince centímetros. A veces no
tienes ganas de moverte de casa, pero en estos momentos lo mejor es salir a comerse el mundo. No hace falta tener a un chico a tu lado,
eres fuerte, puedes con todo lo que se te presente. ¿Qué puede que a veces
no tengas ganas de sonreír? Sí, eso te pasara mil i una vezes. Solo hasta que
comprendas que tu vida es tuya, y que nadie puede hacerte perder el rumbo.
¿Qué te enamoraras muchísimas veces, y más de la mitad te harán daño?
Segurísimo, pero cada vez te va a doler menos que la anterior. Sola o
no, lo importante es ser feliz, vivir la vida. Porque, si tu no la
disfrutas, ¿Quién lo hará por ti? NADIE.
Que una temporada estés mal no significa que vayas a estarlo para siempre. Así
que, ¡arriba esos ánimos! Porque desearlo
es querer, y querer es poder…