Hay días en los
que estoy triste, sin ánimos para hacer nada. Hay otros en los que lo único que
deseo es irme de fiesta, reír, saltar, cantar, bailar. En mi diario hay letras
de todos los tamaños y colores, con
diferentes caligrafías y bolígrafos. Mi habitación tiene recuerdos de la
mayoría de gente que ha pasado por mi vida y ha sido importante; en mi mente
están los mejores momentos con ciertas personas. No es que me guste vivir en el
pasado, simplemente es que me gusta
recordar las cosas, tenerlas en algún sitio para no olvidar jamás esas
palabras especiales. Tengo amigas con las que me enfado cada dos semanas, y
aunque intentemos remediarlo sabemos que no podemos, que somos
así y punto. Tengo una gran familia donde todos estamos un poco
locos, es una familia única, y me encanta.
Mi ordenador está lleno de fotos, encontradas por internet, hechas por mi, con
mis amigas, sola, de chicos… También
está lleno de textos, de escritos míos que plasman todo lo que siento,
series, blogs, y mil cosas más. Y me gusta, me gusta no ser como los demás, ser
un poco diferente, ser única. Porque cada cual tiene su forma de
ser y de pensar, no hay dos personas iguales por mucho que se parezcan. Porque al fin y
al cabo cada uno tiene su historia, ¡y la cuenta como quiere!