Cuando se te oprime el corazón, y de repente notas que te falta el aire.
Cuando te quedas mirando en un punto fijo sin realmente no ver nada, y sientes
que no sientes nada. Cuando se
te rompen los esquemas, los sueños, las ilusiones, y todo lo que pueda romper
dentro de ti. Cuando se te queda mirando a los ojos, con esos
ojos azules que te siguen volviendo loca, y te dice que no con posado triste. Cuando tus ojos dejan de tener ese
brillo especial que tenían al hablar de él, ahora que sabes que todo ha quedado
en el olvido. Piensas en él, ves que habla mucho con alguna otra chica y te dan
unas ganas inmensas de chillar, de llorar, de irte lejos para no
volver jamás. Eso de quedarte
pensando, recordándole frente a ti a 10 centímetros y aproximándose. Cuando te das cuenta de que
tu felicidad depende irremediablemente de los latidos de su corazón. Cuando,
simplemente, te das cuenta de que lo quieres, y de que lo necesitas a tu lado.