Pasan lo días,
y los meses, y los años, y ella sigue esperando sentada en ese mismo baúl. Van pasando los trenes pero ella
no se sube a ninguno; tiene la esperanza de que él vuelva, como le
prometió. Pero esto nunca sucede, y cuando le cae la primera lágrima
se para el mundo. Al otro extremo del
planeta una mariposa acaba de provocar un terremoto con su aleteo, una estrella
acaba de ser extinguida por su lágrima. Ella, el frágil equilibrio entre la vida y la muerte, las sonrisas y las lágrimas, la
locura y la razón acaba de derramar una lágrima por una promesa no
cumplida. Como tantas otras en este
mundo, que dejaron los sentimientos atrás y pasaron a ser palabras
vacías.
Tiempo después,
sin equilibrios ni prohibiciones, movida por la locura ella podrá volver a ser
feliz; sabiendo que
las promesas vacías nunca se cumplen y que nuestros destinos son
intercambiables.