domingo, 18 de diciembre de 2011

Que sí, que soy distinta, pero no me arrepiento de serlo.


Hay días en los que estoy triste, sin ánimos para hacer nada. Hay otros en los que lo único que deseo es irme de fiesta, reír, saltar, cantar, bailar. En mi diario hay letras de todos los tamaños y colores, con diferentes caligrafías y bolígrafos. Mi habitación tiene recuerdos de la mayoría de gente que ha pasado por mi vida y ha sido importante; en mi mente están los mejores momentos con ciertas personas. No es que me guste vivir en el pasado, simplemente es que me gusta recordar las cosas, tenerlas en algún sitio para no olvidar jamás esas palabras especiales. Tengo amigas con las que me enfado cada dos semanas, y aunque intentemos remediarlo sabemos que no podemos, que somos así y punto. Tengo una gran familia donde todos estamos un poco locos, es una familia única, y me encanta. Mi ordenador está lleno de fotos, encontradas por internet, hechas por mi, con mis amigas, sola, de chicos…  También está lleno de textos, de escritos míos que plasman todo lo que siento, series, blogs, y mil cosas más. Y me gusta, me gusta no ser como los demás, ser un poco diferente, ser única. Porque cada cual tiene su forma de ser y de pensar, no hay dos personas iguales por mucho que se parezcan. Porque al fin y al cabo cada uno tiene su historia, ¡y la cuenta como quiere!