jueves, 4 de agosto de 2011

Sensaciones diversas

Ayer lo vi, besando a su nueva novia, e imaginé que me besaba a mi. Una sonrisa se dibujó en mi cara, pero también derramé una lágrima. La sonrisa al revivir los sentimientos de uno de sus besos, la lagrima al tener la certeza de que esos besos los tengo vetados para siempre. Y pensé. Pensé  en como cambiaron las cosas des de que se fue. En todo aquello que no dije, que hubiera salvado nuestros corazones. Ese día también lloré. Lloré amargamente al ver sus fotos, al recordar escenas de nuestra relación, como en una película, mostrando solo lo que más me dolía. Lloré como una niña pequeña, sin hallar consuelo en nada que estuviera a mi alcance. También deseé con todas mis fuerzas que él siguiera feliz, que si ella es la chica a la que verdaderamente ama estuvieran juntos para siempre.  También reflexioné; pensé en que quería volver a tener cinco años, cuando mi mayor preocupación era ir al parque o no poder tener una muñeca,  pequeñas cosas sin importancia, que no afectaran para nada a mi vida. Y por último, esa noche soñé; todo lo demás quedó en un segundo plano junto con el dolor, y me propuse mantenerlo así para siempre.